Ayer iba camino a casa con el pensamiento puesto en preparar unas galletas de manteca de una receta superfácil y que tienen una pinta impresionante. Fui a comprar la manteca para hacerlas, y la idea de esas galletas con el café con leche de hoy, no se me iba de la cabeza.
Pero ya sabemos que la cocina es así. No hubo manera de ligar la manteca con el azúcar y la harina. Intenté hacer algún "arreglillo", que pareció que había solucionado el tema. Pero cuando las puse en el horno, aquello fue un "desparrame". Mi gozo en un pozo...
Siempre he leído en otros blogs, que también hay que reconocer estas pifias, que no todo sale bien a la primera. Esto siempre me ha dado mucho ánimo, así que, en cuanto pueda, y aclare con el cocinero lo que ha podido fallar, vuelvo a ponerme manos en la masa!!!
Te lo he comentado en mi blog. Normalmente la regla de los mantecados es la mitad de manteca que de harina. Tienes que amasar muy bien la manteca con la harina y el azúcar, vas a obtener una masa muy quebradiza, nunca llega a parecer que está compacta.
ResponderEliminarTe aconsejo coger porciones de masa e ir aplanando para cortar con tú cortapastas o un vaso.
Saludos
Claro que si, no todo sale a la primera, este fin de semana mismo... me lleve una desilusión con una tarta! me quedo tan bien montada la mousse, la base una delicia, pero al querer hacerla en un molde mas pequeño no caí que debería de ponerle mas gelatina porque saldría mas alta, ¿que ocurrió? que se me desparramo toda al desmoldarla... que rabia me dio! pero mira así he aprendido...
ResponderEliminarA mi me ha pasado una y mil veces y mas que me pasara, porque quien no cocina pues no le pasa, pero a nosotras que tanto nos gusta...
Como me enrollado, he venido para agradecerte el haberte pasado por el blog, Un beso