No hay postre frito que me guste más que los Roscos, y sobre todo los de mi tía Lola del pueblo, de Serón... Aunque son típicos de Semana Santa, también nos los hace en verano y cada vez que se lo pedimos... es un cielo...
Navegando por los blogs de cocina que suelo visitar, encontré esta receta en Corazón de Almíbar. Ella es Ana y es de un pueblo de Almería, así que pensé que no serían tan diferentes a los del mio.
Me hice con la receta y se la fui leyendo a mi tía Lola por teléfono (los adelantos informáticos no van con ella) y me confirmó que así los hacía. Así que una tarde me lié la manta a la cabeza y me puse a hacerlos. Cuando acabé, de tantos que me salieron no sabía que hacer con ellos.
Mi madre me dijo que hiciera como en el pueblo: una parte guardada en una olla con su tapa (igual que dice Ana en su receta) y que todos los demás los podía congelar. Así que puse los que íbamos a comer en una olla y por otro lado, hice 4 paquetes de 6 roscos cada uno y los metí en el congelador. Luego es tan fácil como sacarlos de un día para otro y están como recién hechos!!!
INGREDIENTES
- 6 huevos
- 1 sobre de levadura Royal
- 3 gaseosas (sobrecitos gasificantes) Hacendado
- ½ vasito de anís
- el zumo de 1 naranja
- ralladura de un limón
- ralladura de una naranja
- 1kg. ¼ de harina
Por cada huevo:
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 3 cucharadas soperas de leche
Si
hacemos la mitad de los huevos, la proporción de azúcar, aceite y leche
seguirán siendo 3 cucharadas por cada huevo, respecto al anís y el zumo
de naranja reducimos su cantidad, y la levadura también.
Para freír:
- 1 litro de aceite de girasol
- canela y azúcar para rebozar (también se pueden rebozar con azúcar glass)
PREPARACIÓN
Vamos echando todos los líquidos a un bol amplio y batiendo con unas
varillas, añadimos las ralladuras de naranja y limón. Añadimos el azúcar
que corresponda.
Añadimos la harina tamizada con la levadura y los sobres de
gaseosa. Empezamos a agregar harina poco a poco y removiendo la masa,
llegará un punto que tendremos que dejar de hacerlo con la varilla y
seguir con un tenedor o cuchara.
Dejamos la masa reposar un ratito, mientras preparamos el azúcar con la canela para rebozar.
Ponemos
un bol con aceite para humedecer la mesa o la encimera donde vamos a
colocar los roscos una vez formados con la masa y para humedecernos las
manos para que no se nos peguen al hacerlos.
Comenzamos a coger bolas de masa y darles forma de rosco y los vamos
colocando en la mesa húmeda de aceite. Cuando estén hechos, les damos
unos cortes por encima o por el lateral para que se hinchen.
Calentamos la mitad del aceite de girasol a fuego medio, en una sartén honda y amplia, y comenzamos a echar los roscos, les vamos dando la vuelta para que se vayan poniendo dorados poco a poco y ajustamos la temperatura del aceite. Añadimos más aceite a medida que lo vamos necesitando, los roscos deben estar siempre flotando en el aceite.
Si
utilizamos aceite de oliva, éste se tornará oscuro rápidamente, y
tendremos que utilizar el doble de cantidad que el de girasol o de
semillas.
Una vez fritos, los vamos echando a un platito que tendremos
con azúcar y canela y los rebozamos en ella y poniendo en una bandeja
para que se enfríen.
El azúcar se irá mojando
del aceite que sueltan los roscos, así que es conveniente poner una
pequeña cantidad e ir echando poco a poco más azúcar limpio a medida que
lo necesitamos.
Mónica!!! me he quedado impresionada, jolín para ser la primera vez que los preparas te han quedado preciosos...enhorabuena, me alegro de que hayas encontrado el sabor parecido a los de toda la vida.
ResponderEliminarUn besito almeriense!
Gracias Ana!! Preciosos y sobretodo SABROSOS!! Dentro de poco volveré a hacerlos con mi hermana... Me recuerda a tu historia.
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